lunes, 28 de diciembre de 2015

Discos - Repaso a unos cuantos discos publicados en 2015 (6)

VI : Yo me lo guiso… con nombre propio

Esta vez no voy a hablar de bandas como tal, sino de los grupos de artistas quienes le ponen su propio nombre al proyecto. En el caso de músicos que proceden de grupos conocidos es difícil deshacerse del sonido de las respectivas bandas-madre, pero caso distinto es el de quienes son ellos los que llevan su sonido al grupo en el que aterrizan. Por aquí dejo una docena de ejemplos: 

BILLY GIBBONS & THE BFG’S – “Perfectamundo” (Concord Records)

Porque en la portada pone que es Billy Gibbons en solitario, porque si llega a poner ZZ Top cuela sin problemas. Digamos que son un puñado de canciones del estilo de las salidas de pata de banco a las que nos tienen acostumbrados el trío de Texas, no su Boogie-Rock típico, sino los experimentos con ritmos y sonidos “raros”. El disco es muy curioso y entretenido pero no es de esos que te pones una y otra vez. Vamos, que no creo que pase a la historia.

 


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DAVID GILMOUR – “Rattle That Lock” (Columbia Records)
 
Intimista, de ambiente tranquilo en el que predominan los tempos lentos con alguna concesión –mínima- a la comercialidad como el tema-título. Con una producción impecable, como siempre, lo más destacable es escuchar el buen hacer de los músicos que le acompañan. Y sí, suena a Pink Floyd.

 


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DWEEZIL ZAPPA – “Via Zammata’” (MRI)

Su padre era un genio y el hijo heredó esa genialidad, bueno, no sé si esa u otra, el caso es que lleva un camino parecido. “Confessions” (1991) fue el disco que le puso donde debía, que era junto al grupo de los buenos guitarristas, después de aquello lo intentó con discos de marcada influencia Vai, con temas de su padre… pero no fue lo mismo. Casi diez años después de publicar “Go With What You Know”, su anterior disco con temas propios, vuelve a hacer una soberbia demostración de técnica e imaginación con este “Via Zammata”. Un disco en el que sigue experimentando con sonidos diferentes, ritmos raros, melodías unas veces simples como una alpargata y otras complicadas hasta decir basta, en fin, un disco que no entra fácilmente pero una vez que entra te engancha.

 


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GUS G. – “Brand New Revolution” (Century Media)

Conocido en su casa como Kostas Karamitroudis, guitarrista de la banda de Ozzy Osbourne, que también lo fue de Arch Enemy y en su proyecto Firewind. Este es su segundo disco en solitario, ya publicó “I Am The Fire” en 2014, y la cosa va de demostraciones guitarreras, tanto instrumentales como con vocalista, siempre dentro del Heavy Metal más clásico. En las voces le acompañan grandes nombres del género como Jeff Scott Soto o Mats Levén (Treat, Yngwie Malmsteen) entre otros, en el bajo Marty O’Brien (Lita Ford) y en la batería Johan Nuñez.

 


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KID ROCK – “First Kiss” (Warner Bros)

Este se llama Robert James Ritchie y para mí era un completo desconocido (musicalmente hablando). Sabía que existía pero me daba repelús porque siempre lo consideré un producto dirigido a determinado público entre el que yo no me encuentro, así es que pasé de él hasta que alguien me pasó este “First Kiss”, que si no me equivoco es su 12º disco. Me he llevado una sorpresa agradable, la verdad, el disco tiene una producción impecable (como ya intuía por lo obvio de la propuesta) y los temas entran fácilmente. Lo llevo en el coche y acompaña bien, pero si se buscan otro tipo de emociones este disco no es el indicado, así es que lo usaré de fondo o para momentos de baja concentración. Lo de Pamela Anderson ni lo comento… xD

 


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KISKE/SOMERVILLE – “City Of Heroes” (Frontiers Records)

Segundo disco que publica el dueto Michael Kiske & Amanda Somerville. Dos buenas voces (Kiske muy comedido, por cierto) que destacan sobre todo lo demás, que tampoco es moco de pavo ya que lleva el sello de Mat Sinner (Sinner, Primal Fear, Voodoo Circle) tanto en bajo como en la composición y la producción, acompañado de Magnus Karlsson (Primal Fear) quien también compone y toca las teclas y la guitarra. Heavy Metal de aire épico, con mucha instrumentación y melodías facilonas.

 


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MARK SLAUGHTER – “Reflections In A Rear View Mirror” (Escape Music)

Porque en la carátula pone que es Mark Slaughter, pero está irreconocible. Es evidente que el paso del tiempo se nos nota a todos pero el timbre actual, aún siendo muy personal, no tiene nada que ver con el que exhibió con la banda de Vinnie Vincent o con Slaughter. Sigue cantando bien y mantiene una voz distinta pero potente. Los temas son muy buenos, sigue sonando a lo que se espera de él, es decir, una especie de secuela de Slaughter, incluso con más variedad en los tempos y las texturas y, por si fuera poco, este es un ejercicio de “yo me lo guiso yo me lo como”, ya que él mismo se encarga de todos los instrumentos excepto la batería, que corre a cargo de un tal Mark Goodin. Buen disco por sí sólo pero para los nostálgicos es una bonita forma de recordar viejos tiempos.

 


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NEAL SCHON – “Vortex” (Mascot Label Group)

Enorme guitarrista más conocido por serlo de bandas como Journey o Bad English, que ha dejado prueba de su clase también en ocho discos en solitario anteriores a este, que es el noveno y además doble. Es todo instrumental y hay momentos para el desenfreno, para el intimismo, para las jams… en fin, que es bastante variado y no se hace en absoluto pesado. Schon no es un guitarrista que compita por ser el más rápido, le pone más parte de melodía y sentimiento que de espectacularidad, todo con el plus que le da la técnica y la experiencia de un músico de la talla de este tipo. Por si fuera poco, Steve Smith le acompaña a la batería y Jan Hammer en los teclados.

 


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RICHIE KOTZEN – “Cannibals” (Headroom-Inc)

De Richie Kotzen me gusta prácticamente todo, no sólo de su carrera en solitario sino también el trabajo que hizo con Poison o con Greg Howe. Sin embargo, y aunque lo esperaba con gran expectación, este “Cannibals” no me parece de lo mejor de su discografía, más bien todo lo contrario y yo creo que es por el excesivo carácter funky que le imprime a unos temas que, con otros ritmos y arreglos, podrían estar a la altura de lo que nos tenía acostumbrados. Aún así da gusto escuchar bajo y guitarras bien hechos.

 


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SAMMY HAGAR & THE CIRCLE – “At Your Service” (Mailboat Records)

Este disco podría haber aparecido en el apartado de directos pero lo incluyo aquí porque es un ejemplo de cómo se puede renacer de las cenizas como si nada hubiera pasado. Sammy Hagar salió de Van Halen con una patada en el culo (lo mismo que Michael Anthony, el bajista que también le acompaña en este proyecto) y lejos de permanecer inactivo, se ha montado una peazo de banda con Jason Bonham en la batería y Vic Johnson en la guitarra. Además ha recuperado temas de sus etapas en solitario, con Montrose y con Van Halen y las ha llevado a los escenarios para disfrute del personal. En este disco, además, incluye algunas versiones de Led Zeppelin para darle gusto al batería, supongo, además de al respetable y a sí mismo. El caso es que le ha quedado un disco redondo en todos los aspectos, sonido, temas, ejecución… todo lo que se puede pedir a un grupo tocando en directo.

 


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STEVE OVERLAND – “FM Radio Covered” (Deadline Music)

El magnífico cantante de los británicos FM haciendo versiones de temas clásicos del Rock, algunos conocidos y otros menos, pero en todos dándole su sello personal que no es ni más ni menos que su voz y su estilo. Sé que hay quien detesta las versiones y más si son grabadas (en directo se lleva mejor la cosa) pero yo soy un amante de las visiones particulares de temas de otros, vamos que me encanta encontrarme una versión en un disco, es otra forma de entender lo mismo. En este disco hay 25, una detrás de otra, y se nota que Overland ha grabado lo que le ha dado la gana porque no hay un criterio común o un hilo conductor. Hay un par de ellas de Nazareth (“Shangai’d In Shangai” y “May The Sunshine”), cuatro de Iron Maiden (“Run To The Hills”, “Can I Play With Madness”, “Prisoner” y “Flight Of Icarus”), tres de Small Faces/Rod Stewart (“Itchykoo Park”, “Maggie May” y “Rhythm Of My Heart”), otras cuatro de ZZ Top (“Legs”, “Jesus Just Left Chicago”, “Dirty Dog” y “If I Could Only Flag Her Down”), tres de Whitesnake (“Slide It In”, “The Deeper The Love” y “Looking For Love”), un par de ellas de Thin Lizzy (“Dancing In The Moonlight” y “Rosalie”), tres de Slade (“We’ll Bring The House Down”, “Gudbuy T’Jane” y “My Oh My”), una de Lonestar (“Winter “Wonderland”) y otras tres que admito no tener ni repajolera idea de quienes son (“Close Your Eyes And Count To Ten”, “Living In America” y “This Christmas”). Todas suenan espectacularmente bien, así es que no hay mucho más que decir.

 


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SWEET & LYNCH – “Only To Rise” (Frontiers Records)

Michael Sweet (Stryper, Boston) y George Lynch (Dokken, Lynch Mob), voz y guitarra respectivamente, juntos hacienda música. En principio suena bien, las expectativas son buenas, así es que me siento y me dispongo a escuchar atentamente. Veo que el bajo corre a cargo del gran James LoMenzo (White Lion, Megadeth, Black Label Society) y la batería del no menos grande Brian Tichy (Foreigner, Ozzy Osbourne, Whitesnake) así es que la cosa pinta estupendamente pero no quiero hacerme muchas ilusiones porque luego siempre pongo el listón demasiado alto y me paso. Cuando termino extraigo las siguientes conclusiones: Michael Sweet me gusta más que con Stryper pero no tanto como con Boston. George Lynch está romo, le falta punch, aunque también es cierto que el estilo no le pide solos incendiarios ni riffs poderosos excepto en un par de temas. La base rítmica es lo mejor, la pareja LoMenzo/Tichy suena que atruena, me encanta. Los temas, en general, están a la altura de lo que esperaba (“Dying Rose” tremenda), el sonido muy potente con cada cosa en su sitio, sin florituras, casi crudo y el disco se hace corto a pesar de contar con 13 temas. Saltaron el listón, así es que termino contento las audiciones.


 


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Alvar de Flack

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